¿PROBLEMAS CON EL GLUTEN?
Lo que nadie te ha contado (y puede cambiar tu vida)
de no poder conducir a recuperar mi vida
Soy Andrea, nutricionista experta en celiaquía. Durante gran parte de mi vida sufrí migrañas, hinchazón abdominal, estreñimiento, diarrea, ataxia por gluten, que se agravaron en el último estadio con intolerancia a la histamina, fructosa, sorbitol, lactosa, y SIBO, entre otros.
Por mis síntomas neurológicos, incluso tuve que dejar de conducir. Me hicieron pruebas de todo tipo y me diagnosticaron fatiga crónica, pero ningún médico supo ver que el gluten era el problema. Me daban por perdida, incluso me llegaron a considerar para un grado de invalidez.
Por suerte, ya llevaba unos años ejerciendo como nutricionista, y al final logré conectar todas las piezas… ¿Y si todos mis síntomas estaban conectados? ¿Y si lo “ÚNICO” que tenía era celiaquía? (y efectivamente, así fue).
Desde que dejé el gluten y empecé a seguir la dieta sin gluten de manera correcta, mi vida cambió, volví a nacer.
Ahora, mi misión es acompañar a personas con problemas con el gluten como tú a vivir una segunda oportunidad, como lo hice yo. Quiero facilitarte el camino y asegurarme de que no tengas que pasar por lo que yo viví.
Estoy aquí para acompañarte si ya tienes un diagnóstico de celiaquía, o si sospechas que podrías tener problemas con el gluten.
nutricionista especializada en gluten
Puedo ayudarte si…
- Tienes ya el diagnóstico de celiaquía y solo te han dicho “come sin gluten”.
- Te resulta difícil evitar la contaminación al comer fuera de casa.
- Tu familia come con gluten y ves imposible evitar el contacto cruzado.
- Viajar sin gluten te parece "Misión Imposible".
- Te han dicho que tienes "intolerancia al gluten". (Spoiler: no existe)
- Cuidas el contacto cruzado y las trazas pero sigues encontrándote mal.
- Tienes sensibilidad al gluten no celíaca y aunque comes sin gluten, tus síntomas no acaban de mejorar.
- Aún no tienes diagnóstico pero tienes síntomas cada vez que comes gluten.
Ya te han diagnosticado celiaquía.
¿y ahora qué?
Sé lo que se siente salir del médico con el diagnóstico, escuchar “eres celíaca o celíaco” y pensar: “vale, ¿y ahora cómo sigo con mi vida? ¿qué puedo comer? ¿cómo hago con mis viajes, mis comidas fuera, mis relaciones sociales?”.
“¿Cómo voy a evitar la contaminación en casa si mis hijos no son celíacos?”
“¿Cómo hago para comer en casa de mi churri nuevo si está todo lleno de gluten?”
Ese es el punto de partida. Este bloque está dirigido a ti que ya tienes un diagnóstico confirmado de Enfermedad Celíaca y quieres algo más que la frasecita “come sin gluten”.
- Te han dicho “come sin gluten” y punto… y te quedas con la sensación de que faltan las instrucciones detalladas, lo emocional, el contexto social.
- Te sientes culpable cuando en una comida social aparece un plato “sin gluten” que te genera síntomas, o cuando no tienes seguridad al 100 % de que no haya contaminación.
- Estás hasta el moño de la hinchazón, de la limitación en restaurantes, de que los demás no entiendan tu situación (“pero si comes tan poco…”).
- Hasta las narices de sentirte diferente, de revisar siempre las etiquetas, de controlar, de vivir con la inseguridad o la ansiedad de “¿y si lleva una traza y me va a afectar?”.
- A veces crees que lo haces bien, y sin embargo siguen los síntomas: gases, digestiones lentas, cansancio, pérdida de masa muscular, irritabilidad o cambios de humor. Porque aunque el diagnóstico sea claro, el día a día no suele venir con un manual completo.
- Quieres recuperar algo que diste por perdido: disfrutar de comidas sin miedo, tener tranquilidad cuando vas a casa de amigos, viajar sin estrés, volver a sentir energía y claridad mental.
Lo que necesitas
Un plan personalizado y consciente para la dieta sin gluten: no solo “quita el gluten”, sino entiende qué significa evitar trazas, cómo se evita contaminación cruzada, cómo educar tu entorno, cómo reconciliar vida social y salud.
Trabajo emocional y de hábitos: reconocer que la celiaquía no es solo “quitar el pan y la pasta”, es vivir con una condición que toca digestivo, inmunológico, neurológico, emocional y social — y mereces sentir apoyo.
“Reencuadre” de la identidad: en lugar de sentir limitación, quiero que te sientas libre; en lugar de mirar lo que no puedes, verás lo que puedes, lo que ganas: energía, claridad, digestiones sin miedo, un estilo de vida sostenible y sin dolor.
Un sistema claro para que puedas:
Organizar tu cocina, limpieza, utensilios y evitar contaminación.
Leer etiquetas como un profesional experto (y no sentir que te engañan).
Actuar con confianza en restaurantes, viajes, eventos sociales.
Adaptarte sin renunciar a tu vida social ni al disfrute de la comida.
Continúo acompañamiento: no eres un caso más, necesitas alguen a tu lado que te de la mano, con seguimiento, preguntas, apoyos concretos.
¿Quieres ponértelo lo más fácil posible tras el diagnóstico de celiaquía?
Lo que nadie te dice sobre la celiaquía
(y que puede estar enfermándote)
No hay grados de celiaquía
No se puede ser “más o menos celíaco”. O lo eres o no lo eres.
Todos los celíacos deben realizar una dieta sin gluten estricta. Ni una traza. Todos.
Una mínima traza de gluten puede dañarte
- No hay una cantidad “segura” de gluten para un celíaco.
- El daño intestinal ocurre siempre, aunque no tengas síntomas inmediatos.
- Los efectos pueden aparecer horas, días o incluso años después.
hay gluten escondido por todas partes
No basta con evitar pan y pasta. El gluten está oculto en muchos alimentos y productos que ni te imaginas:
- Productos procesados, especias, salsas…
- Cosméticos y medicamentos
- Utensilios contaminados en casa
Si estás leyendo esto, puede que tengas malestares digestivos, cansancio, hinchazón, gases, dolores de cabeza, alteraciones del ánimo… y aún no tienes un diagnóstico claro.
Quizás ya te han dicho “todo está bien”, pero sabes que algo no encaja.
Ah, y si te han dicho que eres “intolerante al gluten”. Sigue leyendo.
Te voy a contar algo que nadie antes te ha explicado.
La intolerancia al gluten NO existe.
Existe la sensibilidad al gluten no celíaca, que solo puede diagnosticarse tras descartar correctamente la celiaquía (con múltiples pruebas, no solo una analítica). Y debe tratarse igual que la celiaquía.
Tanto si eres celíaco como si eres sensible, no hay opción a que puedas besar a tu pareja si acaba de comerse una croqueta.
Si crees que eres “intolerante” y no cuidas las trazas de gluten, estás dañando tu salud sin saberlo y esto tiene consecuencias graves para tu salud.
El 70-90% de los celíacos siguen sin diagnosticar.
Sí, has leído bien. La mayoría de las personas que tienen celiaquía aún no lo saben.
¿Por qué? Porque los síntomas pueden ser muy variados e incluso pueden no ser digestivos.
He visto a decenas de pacientes que no intuían tener problemas con el gluten y tras hacer los cambios que propongo en mis consultas, han solucionado todos sus problemas.
No siempre se manifiesta con diarrea y dolor abdominal.
También puede provocar:
- Hinchazón abdominal, estreñimiento o gases
- Fatiga crónica y pérdida de energía
- Dolores de cabeza o migrañas frecuentes
- Anemia o déficit de hierro
- Pérdida de masa muscular
- Pérdida o ganancia de peso inexplicable
- Problemas hormonales o infertilidad
- Irritabilidad, ansiedad o depresión
- Aftas orales, dermatitis o caída del cabello
